La incertidumbre, el miedo y la pesadumbre
son los primeros escollos que hay que salvar para poder creer en las
posibilidades que tiene uno mismo, y el trabajo y la constancia, los mejores
aliados para lograr tus propósitos. En 4º de la ESO era un alumno de ciencias siguiendo la
corriente de la enseñanza, cuyo único destino es la playa del interés
económico. Pero yo realmente estaba fascinado por la lengua y todo lo que ella
conllevaba, siempre me gustó la sintaxis, la lógica aplicada al lenguaje humano
y para mí, el latín era ese idioma olvidado del que tenía sólo unas ligeras
nociones. En 1º de Bachillerato, decidí, olvidando todas las “buenas”
recomendaciones, sumergirme en lo que verdaderamente me gustaba y abogué por el
latín y el griego. Y ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta del gran cambio
que he experimentado; cuando entré a
estudiar latín y griego no sabía qué eran las declinaciones, y solamente dos
años después he podido traducir con ciertas garantías un texto bastante complicado
de Cicerón de su tratado “De re publica”. La verdad, es algo de lo que estar
orgulloso, pero como dije, el trabajo y las ganas son esenciales para alcanzar
cualquier meta, sin ellos, no hubiera logrado nada.
Pero en todo este tiempo no paramos de
trabajar y comenzamos a preparar el texto del Pseudo-Jenofonte para
Me gustaría también hablar del camino que me
condujo a presentarme al Certamen Ciceronianum: hubo mucho esfuerzo y bastantes horas invertidas,
no sólo por mi parte, si no también por parte de Azucena, a quien doy las
gracias por todo el tiempo que invirtió en prepararme. Salí muy contento del examen
y tenía todas las ilusiones depositadas en él. Pero, por muy bien que te haya
salido algo, ganar lo ves como una utopía, y así me sentía cuando, al acabar un
examen, mi profesora de lengua me
comunicó que había quedado el primero en la delegación de Asturias y Cantabria.
¡Yo ganando un premio de latín, quién me lo habría dicho 3 años atrás! Lo que
no sabía entonces y ahora no me termino de creer es que esa era la primera
pincelada de este año tan increíblemente fructífero.
Tras esto tocaba hacer los exámenes de
Cantabria, el de Griego y el de Latín. Me presenté primero a un examen de
Griego que resultó ser fácil y bonito. Pero el que realmente me importaba era
el de después, el de Latín. Y entonces me tuve que enfrentar a un texto
bastante complicado de Quintiliano y pese a que no salí contento del examen, se
puede decir que me defendí medianamente bien, excepto por unos fallos tontos.
Los resultados fueron buenos.
Llegó el examen y empecé a traducir, y según iba avanzando en la traducción, me
iba dando cuenta de que no sólo me estaba quedando bien, si no que incluso iba
cambiando las palabras por otras con una mayor carga y alterando la posición de
los sintagmas dentro de la frase para producir un efecto más rítmico y
compacto. Luego también había una pregunta de sintaxis, otra de morfología y
otra de etimología que también me salieron bastante bien, quizá no al nivel de
la traducción, pero también a un alto nivel. Y entonces llegué a los dos
comentarios, que sorprendentemente, tenían un límite de líneas. Y ahí es donde
más dudas tuve sobre la calidad de lo escrito. Mi letra es muy grande, y además
yo tengo muchas cosas que decir, y las 15 líneas y 30 que se podían hacer
respectivamente en cada pregunta se me quedaron cortísimas.
Transcurrió el tiempo y cada vez me iba
haciendo más ilusiones de que podía ganar, pero nunca sin creerlo realmente.
Primero, me comunicaron que mi examen había ganado en Cantabria y Asturias y
que ya estaba en Madrid. Ya a la vuelta de Arpino, llamaron a Azucena diciendo
que había ganado en la Prueba Nacional. ¡Yo ganando una prueba nacional y
encima en griego! Fue el broche de oro a un año que supongo que sea irrepetible
en cuanto a logros académicos. Mi aprendizaje de todo lo ocurrido y el consejo
que quiero dar a todo el que quiera oirlo es el siguiente: cree en ti mismo,
lucha por lo que quieres y nunca te rindas, et
ut ait Vergilius, sic itur ad astra.
Finalmente, se ha conseguido un buen resultado, las fotos han quedado muy bien en ambas entradas. Estoy muy contento por haber plasmado mis sensaciones justamente aquí, en el blog de Latín y Griego del IES Manuel Gutiérrez Aragón, instituto que seguramente dentro de poco echaré mucho en falta.
ResponderEliminarBruno González Lázaro.
¡muy bien Bruno!Espero que sigas así de bien. CLAUDIA VIDAL ABAD
ResponderEliminarEnhorabuena!veo que te has echado novia(que pena que esté en Alicante) Me he dado cuenta de que tienes buen gusto.
ResponderEliminarJULIA VIDAL ABAD
PD:no te enfades es broma (igual si o igual no)