viernes, 25 de mayo de 2012

Un año inolvidable (Bruno González)

    La incertidumbre, el miedo y la pesadumbre son los primeros escollos que hay que salvar para poder creer en las posibilidades que tiene uno mismo, y el trabajo y la constancia, los mejores aliados para lograr tus propósitos. En 4º de la ESO era un alumno de ciencias siguiendo la corriente de la enseñanza, cuyo único destino es la playa del interés económico. Pero yo realmente estaba fascinado por la lengua y todo lo que ella conllevaba, siempre me gustó la sintaxis, la lógica aplicada al lenguaje humano y para mí, el latín era ese idioma olvidado del que tenía sólo unas ligeras nociones. En 1º de Bachillerato, decidí, olvidando todas las “buenas” recomendaciones, sumergirme en lo que verdaderamente me gustaba y abogué por el latín y el griego. Y ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta del gran cambio que he experimentado;  cuando entré a estudiar latín y griego no sabía qué eran las declinaciones, y solamente dos años después he podido traducir con ciertas garantías un texto bastante complicado de Cicerón de su tratado “De re publica”. La verdad, es algo de lo que estar orgulloso, pero como dije, el trabajo y las ganas son esenciales para alcanzar cualquier meta, sin ellos, no hubiera logrado nada.
Me gustaría también hablar del camino que me condujo a presentarme al Certamen Ciceronianum: hubo  mucho esfuerzo y bastantes horas invertidas, no sólo por mi parte, si no también por parte de Azucena, a quien doy las gracias por todo el tiempo que invirtió en prepararme. Salí muy contento del examen y tenía todas las ilusiones depositadas en él. Pero, por muy bien que te haya salido algo, ganar lo ves como una utopía, y así me sentía cuando, al acabar un examen,  mi profesora de lengua me comunicó que había quedado el primero en la delegación de Asturias y Cantabria. ¡Yo ganando un premio de latín, quién me lo habría dicho 3 años atrás! Lo que no sabía entonces y ahora no me termino de creer es que esa era la primera pincelada de este año tan increíblemente fructífero.

Tras esto tocaba hacer los exámenes de Cantabria, el de Griego y el de Latín. Me presenté primero a un examen de Griego que resultó ser fácil y bonito. Pero el que realmente me importaba era el de después, el de Latín. Y entonces me tuve que enfrentar a un texto bastante complicado de Quintiliano y pese a que no salí contento del examen, se puede decir que me defendí medianamente bien, excepto por unos fallos tontos. Los resultados fueron buenos.  
  Pero en todo este tiempo no paramos de trabajar y comenzamos a preparar el texto del Pseudo-Jenofonte para la Prueba Nacional de Griego. Sinceramente tengo un menor dominio del griego que del latín, aunque visto lo visto, parezca que no. Entonces me puse a prepararlo como empujado por la corriente, sin tener muchas ganas y sin estar muy esperanzado en ello, si no más bien para no perder soltura en la traducción y mejorar mi nivel de griego.

Llegó el examen y empecé a traducir, y según iba avanzando en la traducción, me iba dando cuenta de que no sólo me estaba quedando bien, si no que incluso iba cambiando las palabras por otras con una mayor carga y alterando la posición de los sintagmas dentro de la frase para producir un efecto más rítmico y compacto. Luego también había una pregunta de sintaxis, otra de morfología y otra de etimología que también me salieron bastante bien, quizá no al nivel de la traducción, pero también a un alto nivel. Y entonces llegué a los dos comentarios, que sorprendentemente, tenían un límite de líneas. Y ahí es donde más dudas tuve sobre la calidad de lo escrito. Mi letra es muy grande, y además yo tengo muchas cosas que decir, y las 15 líneas y 30 que se podían hacer respectivamente en cada pregunta se me quedaron cortísimas.
   Transcurrió el tiempo y cada vez me iba haciendo más ilusiones de que podía ganar, pero nunca sin creerlo realmente. Primero, me comunicaron que mi examen había ganado en Cantabria y Asturias y que ya estaba en Madrid. Ya a la vuelta de Arpino, llamaron a Azucena diciendo que había ganado en la Prueba Nacional. ¡Yo ganando una prueba nacional y encima en griego! Fue el broche de oro a un año que supongo que sea irrepetible en cuanto a logros académicos. Mi aprendizaje de todo lo ocurrido y el consejo que quiero dar a todo el que quiera oirlo es el siguiente: cree en ti mismo, lucha por lo que quieres y nunca te rindas, et ut ait Vergilius, sic itur ad astra.

3 comentarios:

  1. Finalmente, se ha conseguido un buen resultado, las fotos han quedado muy bien en ambas entradas. Estoy muy contento por haber plasmado mis sensaciones justamente aquí, en el blog de Latín y Griego del IES Manuel Gutiérrez Aragón, instituto que seguramente dentro de poco echaré mucho en falta.

    Bruno González Lázaro.

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  2. ¡muy bien Bruno!Espero que sigas así de bien. CLAUDIA VIDAL ABAD

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  3. Enhorabuena!veo que te has echado novia(que pena que esté en Alicante) Me he dado cuenta de que tienes buen gusto.


    JULIA VIDAL ABAD

    PD:no te enfades es broma (igual si o igual no)

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