Sin salir de la "National Gallery" encontramos este pequeño cuadro de Mantegna (pintor italiano del s. XV). La obra, que en realidad forma parte de un díptico, está realizada de manera que parezca un bajorrelieve. El título es sólo descriptivo: "Mujer bebiendo". Sí, pero ¿quién es esa mujer y qué es lo que está bebiendo? La información que acompaña al cuadro nos sugiere dos posibilidades: o Sofonisba, hija del general cartaginés Asdrúbal, mujer tan especial, al parecer, que Masinisa, rey númida, decidió ayudarla para que no sufriera la humillación de ser prisionera de los romanos: le ofreció una copa con veneno que ella bebió sin dudar.
Me gusta más, sin embargo, la segunda opción: se trataría de Artemisia II de Caria, región al sur de la actual Turquía, que en el siglo IV a.C. era una satrapía o provincia del imperio persa (mirad el mapa)Artemisia se casó con su hermano Mausolo, que desde el año 377 a.C. era el sátrapa o gobernador de Caria. A la muerte del marido y hermano ella asumió el gobierno de la región durante los dos años que le sobrevivió. Si es esta la mujer que pintó Mantegna, la copa que se lleva a los labios contiene las cenizas de su esposo, que, mezcladas con vino, bebió hasta su muerte: tal fue el dolor que en ella provocó su pérdida. De alguna manera quiso convertirse en el sepulcro viviente del ser amado.
Pero no fue el cuerpo de su esposa el único sepulcro de Mausolo: Artemisia encargó a los mejores escultores y arquitectos de la época que construyeran un monumento funerario en honor a su marido: lo que conocemos como el Mausoleo de Halicarnaso, una de las Siete Maravillas del Mundo. Y así, del nombre propio del sátrapa de Caria, deriva el de los comunes mausoleos: suntuosos monumentos funerarios.
Y suntuoso debió de ser, a juzgar por las noticias que de él nos quedan (desapareció en un terremoto a principios del s. XV) : una estructura rectangular en mármol blanco; sobre ella, más de cien columnas jónicas que soportaban una pirámide escalonada. Rematando el conjunto, una colosal cuádriga, probablemente con las efigies de Artemisia y Mausolo. Arriba tenéis una imagen de lo que pudo ser.
Hoy en el lugar sólo quedan ruinas, pero para admirar los pocos restos que sobrevivieron al terremoto y al posterior saqueo, nos basta con abandonar la "National Gallery" y encaminarnos al "British Museum", donde, entre infinidad de valiosos vestigios de las antiguas civilizaciones, conservan fragmentos de uno de los colosales caballos que tiraban de la cuádriga.
Y las preguntas siguen: si la nuestra es Artemisia II, ¿quién fue Artemisia I? Averigüarlo os ayudará a entender que las mujeres no siempre estuvieron ocultas en las sombras de la Historia.
Imposible cerrar esta entrada sin dejar uno de los más hermosos dibujos que hasta hoy se podían ver en el "British Museum" (exposición temporal de Dibujos de los Maestros del Renacimiento italiano). El rostro de otra mujer que salió de la mano de Leonardo. Sobran las palabras.
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